Fuente: Centro de Estudios Financieros (CEF) – ESE Business School
El discurso popular, y político muchas veces, suele vincular el problema de las bajas pensiones a la operación de las administradoras de los fondos de pensiones, lo que resulta equivocado cuando se analizan las verdaderas causas de la situación. Lamentablemente, esta percepción errada ha tenido impactos en la discusión de las políticas públicas previsionales, y de hecho la organización industrial de las administradoras es un aspecto bastante central del proyecto de ley de pensiones, actualmente en discusión parlamentaria. Sin embargo, si el diagnóstico no es correcto, se corre el riesgo de que las soluciones tampoco lo sean. Es necesario partir estableciendo que para que exista una competencia efectiva uno de los requisitos fundamentales es que los demandantes tengan buena información de los productos y oferentes, y efectivamente en ese punto tenemos un problema serio; una gran mayoría de las personas entiende poco y nada del funcionamiento del sistema de pensiones, y es ahí por lo tanto donde se deberían centrar los esfuerzos. Un requisito fundamental para que tengamos mejores pensiones es una población más informada, que tome conciencia de la necesidad de ahorrar para su pensión. Ese mayor conocimiento por parte de los trabajadores contribuiría, sin duda, a un funcionamiento más competitivo de la industria. Dicho lo anterior, es interesante analizar dos variables que apuntan a conocer que tan competitiva es esta industria. Lo primero es analizar el comportamiento de las comisiones cobradas por administración de fondos, y luego mirar los movimientos de afiliados entre las distintas AFP’s. Respecto a las comisiones, la reforma previsional de 2008 estableció el mecanismo de licitación de nuevos afiliados, que se ha traducido en una caída importante de las comisiones, y que, por ende, ha sido efectivo en lograr el objetivo buscado. El gráfico a continuación muestra el promedio simple de las comisiones cobradas por las administradoras, el que ha caído de 2,6% a inicios de 2008 a 1,3% actual, es decir, ha caído un 50%. Es cierto que el mecanismo de licitación ha ido acotando sus beneficios, y que también parece cuestionable que sea sólo en base a precio, sin otras consideraciones que son muy relevantes en el servicio prestado por las administradoras (rentabilidad, gestión de riesgos, servicio a clientes, etc.).
Por otra parte, los movimientos de afiliados de una administradora a otra han sido crecientes en el tiempo, y además muestran que los cotizantes noson insensibles a los precios. El siguiente gráfico ilustra el cambio mensual en el número de cotizantes para cada administradora, que incluye no sólo los traspasos, sino también el ingreso de nuevos afiliados.
Si bien los números no parecen significativos frente a más de 6 millones de cotizantes, tampoco son despreciables, siendo cierto además que en materia de libre competencia y fijación de precios es el comportamiento del cliente marginal el que resulta relevante en las decisiones de los oferentes. Es interesante además analizar lo que ha ocurrido en el último
año entre los cotizantes de Planvital y Modelo. La primera administradora, que ganó la licitación en 2015 y bajó significativamente sus comisión de administración a 0,41%, no se presentó a la licitación siguiente, con lo que en agosto de 2018 subió su comisión a 1,16%, pasando Modelo a ser la administradora de menor costo, y logrando con esto un aumento importante de cotizantes (que incluyen a los nuevos cotizantes por ser la más barata). Lo interesante es que Planvital registró caídas en el número de cotizantes durante prácticamente todos los meses del segundo semestre del año pasado, con una disminución total de casi 50.000, que representa un 5% del total. Esto evidencia que la sensibilidad frente a los cambios de precios no es nula, como se argumenta a veces. Si comparamos esta industria con otra en que existe muy alta competencia y es muy fácil la comparación de precios para los consumidores, como es la telefonía móvil, veremos que las diferencias en movilidad de clientes parecen razonables. En 2018 un 16% de los clientes de telefonía móvil cambió de proveedor del servicio, porcentaje que es más que suficiente para lograr una altísima competencia de precios entre los oferentes.
En el caso de las administradoras de fondos de pensiones, los datos de la Superintendencia muestran que cerca de un 10% de los cotizantes se cambia de AFP cada año, lo que no parece una cifra baja, dada las características de esta industria. En términos del número de afiliados, el porcentaje que se cambia es de un 6%. El cuadro a continuación muestra estos números, evidenciando también que el porcentaje de traspasos ha sido creciente en el tiempo.
En conclusión, es efectivo que existe espacio para perfeccionar la competencia en la industria de AFP’s, el cual viene dado principalmente por mejorar la educación previsional de los afiliados, y puedan de esta forma comparar mejor los servicios prestados. Sin embargo, existe un grado razonable de movilidad entre los clientes, y la sensibilidad a los cambios de precios no parece ser nula.
Para ver el Informe CEF Macrofinanciero completo, haga click en: CEF Abril