Autor: Alfredo Enrione – Director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad
El árbol del gobierno corporativo
Esta Navidad, mientras desenvuelven regalos bajo el árbol corporativo, es momento de reflexionar sobre aquellos “obsequios” que nuestros directorios deberían devolver:
La Caja de la Superficialidad
- Reportes extensos que nadie lee completos
- Presentaciones deslumbrantes sin sustancia
- Dashboards hermosos que no miden lo importante
- KPIs que esconden más de lo que muestran
El Pack del Tiempo Mal Gastado
- Comités redundantes con agendas infinitas
- Reuniones que podrían ser un email
- Discusiones circulares sin decisiones
- Ritual sobre sustancia
La Colección de Ilusiones Peligrosas
- La fantasía de que más datos significan mejor supervisión
- El espejismo del consenso permanente
- La comodidad de evitar conversaciones difíciles
- El autoengaño de las evaluaciones sin consecuencia
El Set de Independencia Artificial
- Independencia formal sin autonomía real
- Vínculos sociales disfrazados de objetividad
- Valentía que expira al primer conflicto
El verdadero regalo
Los mejores directorios no necesitan regalos elaborados ni adornos complejos. Necesitan tiempo para pensar, coraje para actuar y sabiduría para distinguir lo importante de lo urgente.
La verdadera magia de la Navidad corporativa no está en multiplicar comités, acumular reportes o perfeccionar presentaciones. Está en recordar que el gobierno corporativo efectivo es, en esencia, tan simple como desafiante: personas comprometidas tomando decisiones difíciles para crear valor sostenible.
Y ese regalo, a diferencia de los otros, no viene envuelto en papel brillante ni se puede comprar en Amazon.